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Esto es Praga

¿Sigue siendo Praga bella, sorprendente y fascinante? ¿O ha sido pisoteada por millones de turistas que se apresuran a pasar sobre sus adoquines desde el Castillo de Praga, cruzando el Puente de Carlos, hasta la Plaza de la Ciudad Vieja y viceversa? Praga es una ciudad de torres, colinas, jardines, callejuelas, casas, bares, secretos, historias, recuerdos, personas, animales y estatuas... Mírela de otra forma. Pasee por sus calles con Michaela Kukovičová y Olga Černá. Te enseñarán puentes, islas, observatorios y parques. Verás el centro. Verás los suburbios. Descubrirás cuántos puentes cruzan el Moldava, en qué casa el diablo rompió el techo y qué se puede ver desde la Torre Žižkov. (También te dirán dónde comprar los mejores bocadillos). Lea el cuento del niño que se convirtió en escarabajo, la leyenda del Golem o la heroica historia de Sir Winton, así como el asesinato de Heydrich y cómo un particular presidente checo se paseaba por el Castillo. Siempre hay algo que contemplar y con lo que asombrarse... porque en Praga todo es posible.   ¿Sigue siendo Praga bella, asombrosa, encantadora? ¿Acaso su encanto no ha sido pisoteado por los pies de millones de turistas que recorren a toda prisa los cubos de piedra desde el Castillo de Praga hasta la Plaza de la Ciudad Vieja, pasando por el Puente de Carlos? Praga es una ciudad de torres, colinas, jardines, calles, casas, bares, secretos, historias, recuerdos, personas, animales y estatuas... Mírela con otros ojos. Pasee por Praga con Michaela Kukovičová y Olga Cerna. Le llevarán a puentes, islas, miradores, parques, el centro y la periferia. Aprenderás cuántos puentes cruzan el río Moldava, en qué casa hizo un agujero el diablo, desde dónde se ve la Torre de Žižkov y dónde tienen los mejores bocadillos. Leerás la historia del tipo que se convirtió en escarabajo, el antiguo cuento del Golem y la heroica historia de Sir Winton, el asesinato de Heydrich y cómo un gran presidente recorrió el Castillo de Praga. En todas partes hay algo que mirar y algo que preguntarse... porque todo es posible en Praga.